Despertar

¿Cómo pueden quedarse dormidos los recuerdos en unas calles tan pinas? Ya había estado aquí. Tenía ocho o nueve años la última vez que subí por esta calle. Me costó muchísimo esfuerzo. Había oscurecido y las casas que veía por el camino, con su aspecto fantástico, me daban algo de miedo. Después descubrí otra sensación extraordinaria: mi cuerpo se elevaba solo sin que mis pies se despegasen del suelo. Era el momento de tirar la mochila. Habíamos llegado.
Cuántas sensaciones... el color gris del cielo se contagia con las casas y las hace de nuevo tenebrosas (¿habría recordado todo esto en un día brillante?). La piedra. El aire impregnado de bosque. El bosque, de castaños y robles. El terreno blando. Las sendas zigzagueantes...

Escrito por Elena H a las 12:21 AM | Comentarios (2)

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Papel de madre

Dos pastillas de fósforo por las mañanas.
Elijo un asiento y reparto los papeles secundarios. El protagonista aún no ha llegado, y yo me entretengo dibujando los personajes que tengo delante. La figura que más me interesa, de momento, es la mujer de gafas. Tiene unos cuarenta años y está cansada. Descruza las piernas, aparta la mirada de su libro. Embajadores, nadie se levanta. Cruza las piernas. Las puertas se abren y suben al escenario los dos adolescentes enamorados. Se sientan paralelos a mi y se abrazan, la mujer de gafas, transversal, observa. Advierto el parecido entre la mujer y la quinceañera. No son sólo las gafas, encuentro otros rasgos comunes. Absorbemos el parecido y continuamos. La mujer acepta su papel. No se resiste, es ahora la madre. Les mira fijamente. Lo desaprueba. La hija se quita las gafas y besa al muchacho.
Además, dos pastillas de fósforo por las noches.

Escrito por Elena H a las 9:33 PM | Comentarios (5)

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Clemencia

Desde la visión poética de la madrugada fría, completamos el escenario irreal añadiendo una palabra...

Nuevas estructuras nacían de los cubos de basura. Al acercarnos contemplamos la hazaña de una mesa que disponía cojita los siguientes elementos coherentes: una tetera oxidada, una taza blanca y un colador.
Cerca, otra mesita con un juego para dos participantes sobre ella. Y letras revueltas.

Escrito por Elena H a las 12:03 PM | Comentarios (0)

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